Terapia de juego
The Power of Play
Datos de contacto
281-997-8400
Descripción del servicio
El juego es esencial para el crecimiento, el desarrollo, el aprendizaje y el desarrollo de las relaciones humanas. El juego es el primer lenguaje de los niños y es la forma en que se comunican y expresan sus pensamientos y sentimientos, que podrían haber permanecido ocultos. La terapia de juego es un enfoque terapéutico utilizado principalmente con niños para ayudarlos a expresar y procesar emociones, resolver conflictos y desarrollar mecanismos de afrontamiento a través del juego, que es su medio natural de comunicación. Los resultados esperados de la terapia de juego incluyen los siguientes: • Mayor conciencia emocional al jugar. Los niños pueden expresar sentimientos de tristeza, ira, miedo o confusión en un entorno seguro y de apoyo. El terapeuta los guía para que comprendan y den sentido a estas emociones. • Reducir las conductas disruptivas, agresivas o retraídas identificando sus causas emocionales subyacentes y trabajando con ellas a través del juego. Aprenden autorregulación y control de impulsos, mejorando su capacidad para gestionar la frustración y la ira de forma más saludable y desarrollando habilidades sociales. • Proporciona una manera no amenazante de procesar experiencias traumáticas. Esto puede ayudar a reducir síntomas como pesadillas, flashbacks o hipervigilancia, aumentando la sensación de seguridad. Los niños desarrollan habilidades de afrontamiento saludables para lidiar con el estrés, los cambios o las pérdidas. Pueden experimentar diferentes maneras de manejar emociones difíciles en un espacio seguro y ganar confianza en su capacidad para afrontar desafíos y resolver problemas mediante juegos imaginativos y actividades guiadas. Al tomar decisiones y resolver problemas jugando, los niños se sienten más en control. Desarrollan un mayor sentido de identidad, identidad y autonomía. Aprenden a confiar en sí mismos y en sus capacidades, lo que les brinda mayor confianza. Puede involucrar a los familiares, ayudando a reparar o fortalecer la relación del niño con sus padres, hermanos o cuidadores. Puede fomentar interacciones más positivas y mejorar la comunicación familiar. Puede ayudar a formar vínculos seguros al generar confianza y conexión con los cuidadores. Los niños a menudo experimentan cambios significativos en la vida, como mudarse de casa, cambiar de escuela o lidiar con un divorcio o una pérdida. La terapia de juego les ayuda a desarrollar resiliencia para afrontar estos cambios de forma más eficaz. Pueden aprender a recuperarse de los desafíos, gestionar la decepción y afrontar el miedo o la incertidumbre de forma constructiva.